viernes, 20 de septiembre de 2013

Manuel




Esta es la primera vez que escribo en un blog, por lo tanto me estreno, y lo voy a hacer hablando sobre como ha sido para mí y para mi entorno la salud, y como ha variado todo ello con el paso de los años, ya que la forma con la que se ven las cosas, se va modificando muy poco a poco y al final se pueden acabar produciendo cambios sustanciales.
Desde que tengo uso de razón, recuerdo que mis padres insistían mucho en el cuidado de determinadas partes del cuerpo. Cuándo eres niño te insisten mucho en lavar los dientes 3 veces al día, en ducharte o bañarte casi todos los días, o en comer verdura…cosas que cuando eres menor no te paras a pensar en el porqué.
En la escuela…pues de mi primera escuela no recuerdo los hábitos de higiene, pero al comenzar 2º de primaria y en un centro nuevo, recuerdo que todos los días, después de comer íbamos todos y todas por turnos a tomar “el flúor”; en las clases de Educación Física, de pequeños nos lavábamos las manos y nos cambiábamos de ropa. En los dos últimos cursos de Educación Primaria, por aquellas, como ahora 5º y 6º, nos duchábamos al acabar cada sesión de Educación Física.  También antes de comenzar el comedor, era obligatorio pasar por los lavabos para lavarse las manos. Recuerdo, por esta época, el tener muchos esguinces de tobillo, no de mucha gravedad, pero si continuamente.
En esta época atravesé las típicas enfermedades infantiles, como el sarampión, gripes, catarros. En especial recuerdo cuando en sexto de primaria hubo una epidemia de paperas en la escuela, la cual afecto primero a mi hermana, y al cabo de una semana a mí.
De la época del instituto recuerdo cuando nos ponían las vacunas, creo que en un par de ocasiones. En esta época es cuando más importancia le comencé a dar al cuidado y salud corporal. Por ejemplo en el cuidado del cabello, o de los dientes, ya que tuve que ir varias veces al odontólogo.
La última vez que puse una vacuna preventiva de enfermedad, fue en Allariz, cuando me encontraba haciendo las prácticas de maestro para la universidad, y era una vacuna para la meningitis, la cual me produjo reacción.  En esta época universitaria, no tuve apenas problemas de salud, no recuerdo ni siquiera una gripe; lo más grave que tuve fue una casi rotura de tobillo, ya que fue un esguince de grado 3-4 (el grado 4 es rotura total), del cual tardé bastante tiempo en recuperarme y que ha hecho que prefiera practicar deportes individuales, o deportes que eviten el choque entre rivales. Pero en mi entorno, si hubo problemas mucho más complicados al mío. Tras estar mucho tiempo luchando, mi abuelo, que padecía de un cáncer, se fue con 94 años.
En mi paso por la universidad, en la especialidad de Educación física, se hace mucho hincapié en la salud como hecho fundamental. De hecho lo estudié como uno de los 5 bloques de contenidos del área, y he tenido varias asignaturas relacionadas con ello. No es algo que se trabaje con el alumnado en un momento concreto, que también, sino algo que se trabaja en el día a día, ya que tiene que adquirirse como hábito, para que llegue a ser algo realmente efectivo.


Al año y medio de acabar la universidad comencé a trabajar para la Xunta de Galicia, como maestro sustituto. Ese mismo curso, en el cual trabajé en 8 centros distintos, puedo recordar claramente atravesar 4 gripes durante la época de invierno. Al comenzar a trabajar con niños y al continuo y brusco cambio de temperatura que hay entre el interior de los colegios con los gimnasios o pabellones, y al no estar acostumbrado a ello, mi cuerpo se resintió. De hecho, desde entonces, apenas he enfermado. He tenido algún virus de tipo gástrico, pero nada fuera de lo común.
En esta época también tuve un problema en la rodilla, y tuve que acudir a un traumatólogo. Tras muchos problemas, tuve que cambiar de traumatólogo, y este dio correctamente con el error. Un año de trabajo dirigido por un fisioterapeuta y de evitar determinados deportes ha servido para restablecer completamente la rodilla y ya si poder realizar cualquier tipo de actividad. Eso sí, sin olvidarse de calentar antes, estirar antes y también al acabar.
En estos momentos trato de cuidarme, también es fundamental para ello una dieta equilibrada y realizar ejercicio. También otra de las cosas que trato de hacer todos los días es beber agua. Debido a las lesiones que he padecido, trato de realizar deportes en los que lesionarme o no dependa exclusivamente de mí. Mi deporte favorito y que más practico es el ciclismo en bicicleta de montaña. Trato de tener un bienestar físico, mental y social. Cuando padezco algún tipo de lesión siempre trato de cuidarla para no recaer. De hecho tengo amigos que no son capaces de hacerlo y padecen más lesiones, y sobre todo recuperaciones más lentas.
Afortunadamente, en el seno de mi familia, ni mis padres ni mis hermanas padecen ninguna enfermedad, ni han padecido nada que se salga de lo normal.
En mi día a día en la escuela, y como maestro de educación física y tutor trato de inculcarles a los niños y niñas esos hábitos saludables y de higiene, a través del recordatorio de cosas indispensables que tienen que hacer, como asearse después de la actividad física, ser estricto con el calzado, para evitar lesiones y ropa adecuada…pero también en aspectos a la hora de realizar actividades, al explicarle porque deben estirar, y en concreto porqué estirar determinadas zonas del cuerpo en función de que actividad vayan a realizar posteriormente; o ya el mero hecho de la práctica de actividad física o de actividades físicas desconocidas para ellos y ellas, y que puedan practicarlas fuera de la escuela, ya representa en sí hábitos saludables. Lo que trato de inculcarles a ellos y ellas es lo aplico ya desde hace unos años a mi vida, y el bienestar que ello produce en el día a día es muy beneficioso.

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